TU PROPIO ARTE
TU PROPIO ARTE
I
Dios y Padre mío,
Señor mío
y Redentor mío,
nada puedo darte
sino lo que Tú Mismo me dieres;
nada puedo presentarte
sino lo que Tú Mismo
en mi y conmigo hicieres.
Dame Tú de Ti
lo que esperas de mi
y haz de mi lo que Tú quieres.
Aquí estoy,
tuyo soy,
haz de mi lo que Tú quieres.
Ya lo quieres,
ya lo has provisto;
entonces toma lo que te ha salido,
y síguelo, por favor, haciendo,
porque lo que Tú mereces
es muy alto y muy bueno.
Sigue labrando
y sigue trabajando,
porque sólo Tú puedes hacerlo;
y si lo quieres tanto,
sólo Tú eres Dios
y para tanto.
Por eso quiero darte
todo lo hermoso
de Tu propio arte.
En el Nombre del Señor Jesús el Cristo.
II
¿Quién puede darte lo que Tú mereces?
Sólo Tú puedes saciarte de Tu propio parto.
Y precisamente
Éste ha sido
desde la eternidad
Tu Propio Hijo.
Por eso nos Lo has dado,
para también tener
Tus muchos hijos,
y llevarlos a la gloria
como a Tu Propio Hijo,
donde el Río es eterno
y es prolijo.
¡Qué Dios tan grande eres!
que llenarás Tu Casa
y Tu Ciudad inmensa;
y aún la rodearás
de Cielo y Tierra Nuevos,
y la harás Capital
del Universo,
que no estará vacío
sino lleno.
Y no sólo será
éste que vemos,
sino también
el que no vemos,
y que tendrá su espectáculo sereno:
como la Trinidad,
la Ciudad Capital
brillando en pleno.
No fue egoísta Dios
que se escondió en el cieno;
pero no quizo hacerlo más,
y lo volvió cristal
del bueno,
para que no estorbe más
éste contento
de matrimonio feliz
de Tierra y Cielo.
Sin distorsión La Luz
se verá lejos.
Familias, naciones y universos
tendrán festejos,
pues de la brisna
y del polvo que es la Tierra,
de esa pequeña motita
brillará espejo.
Mota de polvo la escogida
para los Santos Pies
del Alto Señor del Universo.
¡Qué más grande, pues,
es la Grandeza,
que puede descender a la impureza
para purificarla
y hacerla pieza
de honor y de entereza,
donde quiso morar
la verdadera Alteza.
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giv.2009-06-08.Bogotá.