UN DÍA COMÚN
UN DÍA COMÚN
Un día común
por el cual agradezco a mi Padre.
El Amor eterno y particular de mi Padre
no es común,
sino que es especial
para con cada uno.
Pero por eso mismo,
por ser Su Amor eterno y particular
para con cada uno,
nos concede la honra
de ser comunes,
porque Él no hace acepción de personas,
y su elección
es sobre la base de ser en Cristo;
es decir,
por recibir por fe
Algo que no merecemos:
El ser hallados en Cristo,
porque allí nos puso Dios
en Su Amor.
Sí,
la gracia de Dios
fue manifestada para salvación
a todo hombre,
para presentar perfecto en Cristo Jesús
a todo hombre.
Concédeme, Señor,
la gracia por medio de Tu Hijo Jesucristo,
de ser común, simple y sencillo.
Líbrame de la locura de la auto-exaltación.
Estoy agradecido por Tu Amor especial
que me hace reconocer común
en el espejo de Tu Amor
sin acepción de personas.
Sí,
haz elegido,
pero en Cristo
y según Tu presciencia.
Gracias
porque a todos
nos quieres hacer Tus hijos.
Gino Iafrancesco V., 7 de julio de 2010, Bogotá D.C., Colombia.